Maria Valencia De Merchan

Obituary of Maria Adiela Valencia De Merchan

Maria Adiela Valencia de Merchan, 79, of the Budd Lake section of Mt. Olive Township, passed away on Saturday April 4th, 2020 at Hackettstown Medical Center. Born on February 25th, 1941 in Trujillo, Valle del Cauca, Colombia to the late Luis Elias Valencia Ramirez and Resfa Restrepo Santa, Maria loved arts and crafts, sewing, gardening, taking care of her birds and walking at the farm. She also enjoyed traveling, listening to music and singing. Maria was fond of dressing fancy and matching her jewelry to her outfits. She read the bible and praised God. Most important to Maria was taking care of her loving family. She was predeceased by her husband, Victor Julio Merchan Pardo in 2010 and a daughter Myriam Merchan Valencia in 2014. Survivors include eight children, Maria Consuelo Merchan Valencia, William Merchan Valencia, Yolanda Merchan Valencia, Luis Elias Merchan Valencia, Adiela Mechan Valencia, Luz Mary Merchan Valencia, Julio Cesar Merchan Valencia and Jose Demetrio Merchan Valencia and eleven grandchildren, Eyder Mauricio Santa Merchan, William Andres Merchan Orrego, John Eduard Santa Merchan, Jorge Leonardo Quintero Merchan, Yury Lorena Barclay, Alan Merchan Toro, Erika Alejandra Merchan Valencia, Claudia Milena Valencia Merchan, Victor Manuel Merchan Restrepo, Luisa Alejandra Buitrago Merchan and Juan Camilo Buitrago Merchan. Also eight brothers and sisters, Maria Adalgiza Valencia Restrepo, Orlando Jose Valencia Restrepo, Gilberto Valencia Restrepo, Nestor Elias Valencia Restrepo, Amanda Valencia Restrepo, Jaime Valencia Restrepo, Jairo Valencia Restrepo and Aleida Valencia Restrepo. Maria's services were held privately and entrusted to Leber-Lakeside Funeral Home of Landing, NJ. Abuelita Hermosa Hoy es un día que ni en las pesadillas más horribles me quise imaginar, y es tener que aceptar que te has ido de este plano terrenal, ha llegado la hora que partas al encuentro del padre, ese padre que haz amado desde siempre, y que dulcemente enseñaste a amar a cada uno de tus hijos, nietos, familiares, amigos y conocidos. Ese dios que te hablaba y veías reflejado en las cosas más simples de la vida, aquel que te acompaño en los momentos más difíciles y nunca permitió que desfallecieras o dudaras de su grandeza, ese que también estuvo en los momentos de gozo y alegría dando respaldo y respuesta a tu oración incesante. Mi princesa hermosa, en fe creo y entiendo todo lo que está pasando, y que es un milagro latente todo lo que dios ha permitido, pero es inevitable no sentir como el alma se rompe en mil pedazos y el corazón experimenta un dolor que no tiene consuelo suficiente, el intentar comprender que nunca más volveré a verte, ni abrazarte, ni a mimarte, ni a disfrutar de tu presencia, de tus enseñanzas, historias y tardes entre novelas, canciones y costuras; pero me consuela el saber que tu recuerdo sigue vivo y grabado en mi mente y mi corazón. Quiero recordar que siempre serás mi pajarito libre, viéndote en la finca ese lugar a donde pertenecía tu corazón, sembrando tus maticas de mil colores, cosiendo tus cobijas de retazos y tus manualidades cada día más elaboradas con tus montones de telitas recicladas, pero que solo tu conocías y sabias su utilidad, tus cantos a todo pulmón de esos cantantes que te recordaban tantos momentos de tu vida como julio Jaramillo, Vicente Fernández, las hermanitas calle, el caballero gaucho, jusi Uribe, óscar Agudelo y muchos más, esos cantos hermosos con los que alegrabas a toda la vereda, verte caminar bailando y hablándole a tus pajaritos como si ellos por medio de su canto, te respondieran a todos esos saludos y palabras cariñosas y enérgicas con las que les dabas los buenos días, preguntando si tal vez tenían sueño y por eso no te hacían suficientes fiestas con su canto. Tener la dicha de verte combinar tus vestidos coloridos, alegres y hermosos con tus collares, tus uñitas de colores fuertes para que se fortalecieran y crecieran, tus labios siempre pintados, tu pelo rojo algunas veces liso y otras veces con tus crespitos hermosos que te hacían ver la más hermosa de todas, porque como nos enseñaste nunca podemos dejar caer la moña. En muchos momentos de la vida creemos que para ser felices necesitamos muchas cosas, y olvidamos que el verdadero valor y sentido de la vida nos lo brindan las personas que Dios pone en nuestra vida, especialmente aquellas a las que tenemos el privilegio y la fortuna de llamarles familia; a mí, ni mil vidas me alcanzarían para agradecer a Dios por la familia tan maravillosa con la que me premio, unos tíos y tías ejemplares, trabajadores, amorosos, solidarios, temerosos de Dios, muy humanos, que reconocen la importancia de la compasión y el amor al prójimo. Unos primos excepcionales, con personalidades tan diferentes que aunque el tiempo o la distancia no separen por momentos, el amor siempre mantiene los corazones unidos, pero sin lugar a dudas me regalo los mejores abuelos que cualquiera se pudiera imaginar y anhelar en su vida, un abuelo hermoso, lleno del amor y temor de Dios, colmado de sabiduría, paciencia, el hombre más justo y trabajador que he conocido, súper divertido, siempre con sus chistes y sus historias asombrosas, y como olvidar esas historias con las que hasta el más valiente sentía miedo de los espantos, la llorona, las brujas y el morado. Ese abuelo que para muchos fue y siempre será nuestro padre, quien nos acompañó, nos alimentó, nos cuido y nos defendió siempre. Y tú, mi princesa adorada, tu que eres el regalo más mágico, valioso y amoroso que Dios se tuviese reservado, Tú que supiste mantenerte de pie a pesar de las adversidades, de enseñarnos que los problemas nunca son más grandes que las ganas de salir adelante, que las barreras son mentales, Tu que abriste las alas de todos a los que amabas y nos enseñaste a volar por el mundo, en busca de nuestro sueños y anhelos, tu que eras nuestra fan número uno en cada cosa que quisiéramos hacer, tu que con esos ojitos vivaces nos hacías sentir en el lugar más seguro del mundo con solo mirarte, y tener la plena certeza que donde estuvieras tu sin importar el lugar podíamos llamarle hogar, pues tú lo llenabas todo de calor y amor con tu sola presencia. Hoy para mí no se ha ido mi abuela, se ha ido mi madre , mi amor más puro y sagrado, mi compañerita de vida, mi defensora, mi amiga y mi alcahueta, la mujer más hermosa y valiente que he podido conocer , la que sin necesidad de mucho me hacía sentir que lo tenía todo y que nada malo podía pasar, con tu partida se va también la mitad de mi corazón, dejas un vacío que nunca nadie podrá llenar, un dolor con el que tendré que aprender a vivir por el resto de mis días. Gracias infinitas mi gordita hermosa, por regalarme la mejor mamá del mundo, la más amorosa y cariñosa, por dejar en ella gran parte de ti, de tu ternura, de tu amor, de forma de ver la vida y de afrontarla, por permitirme ser una mujer plena, amada, apoyada y cuidada. Abuelita preciosa gracias por enseñarme a abrir mis alas para volar tan alto como tú lo hiciste y lo seguirás haciendo, cada uno de mis logros y aciertos son por y para ti , para que siempre te sigas sintiendo orgullosa de esta negrita que te ama con todas las fuerzas de su alma, y aunque físicamente ya no te pueda volver a ver, tu vivirás por siempre en mi mente y en mi corazón, y me seguirás acompañando y cuidando como lo ha hecho hasta ahora, solo que desde un lugar diferente a este, porque recuerda que los corazones que se aman nunca se separan. Mi pajarito hermoso vuela tan alto como Dios te lo permita y espéranos allá con aquellos que tanto amamos, hasta el día que el Señor nos permita reunirnos nuevamente en plenitud de la eternidad. Te amo infinitamente con toda mi alma. De Tu Negrita
A Memorial Tree was planted for Maria
We are deeply sorry for your loss ~ the staff at Leber-Lakeside Funeral Home
Share Your Memory of
Maria